Y EL GALLO DIJO BASTA


… llegada una mañana en que estaba harto de marcar el inicio de los días de un mundo que se guiaba por la inercia y que se alejaba, cada vez más, de lo que se suponía que tenía que ser un mundo. Los peones con chaqueta y maletín que obedecían las órdenes olvidando que ante todo eran personas, las monedas que tintineaban marcando la dictadura del capital, la extraña idea de que para ser alguien había que estrenar cada temporada un look de moda…Al gallo se le erizó la cresta, miró al corral, contuvo su canto y dijo basta. A partir de ese momento despertó a otro concepto de cultura.

domingo

UNA EJEMPLAR CARACTERÍSTICA DE LA CREATIVIDAD


Mihaly Csikszentmilhalyi. ¡Uff! ¡Cuánto cuesta transcribirlo! Bien, pues ésta es la persona que me ha enseñado una característica de la creatividad o, al menos, le ha puesto nombre. Se trata del flow o flujo, como traducimos al castellano, y es responsable de que hoy esté un poco más convencido de que la creatividad, independientemente de que esté más o menos desarrollada, es un atributo humano universal. (En este link podéis conocer un poco más a este psicólogo en una entrevista con Eduard Punset: http://www.eduardpunset.es/charlascon_detalle.php?id=10 )

Incluso podría ir algo más lejos si siguiese las teorías de la Estética experimental, que sostiene que la motivación a tener estímulos estéticos placenteros es de carácter instintivo y, por tanto, está ya presente a nivel animal, bajo forma de un impulso de matriz biológica de necesidad de orden. O si discutiese la presencia, o no, de lo estético dentro de la cúspide de la pirámide de las necesidades fundamentales de Maslow. Pero eso sería alejarse demasiado del flow.

Lo que Csikszentmilhalyi considera flow es una experiencia muy agradable y puede ser experimentada en el desarrollo de cualquier actividad, hasta laboral o deportiva, pero que está especialmente ligada al ámbito de la creatividad. Es la condición particularmente placentera de estar totalmente inmerso en una actividad que transcurre de manera fluida (de ahí su nombre) y que no requiere de un esfuerzo de concentración, ya que ésta aparece de modo tan natural como el respirar. La experiencia temporal queda distorsionada por completo: el tiempo pasa sin que te des cuenta, el estado de consciencia está tan absorbido en la actividad el cualquier acercamiento a la sensación de fastidio queda olvidada enseguida. Todos podemos encontrarnos en tal estado, sin importar los resultados que pueda tener la actividad en que nos hayamos adentrado. Al contrario, a menudo el resultado, aunque sea positivo, interrumpe el placentero flow y deriva en un sentimiento de pérdida o vacío.

Cuando el comportamiento está guiado por la motivación y no solo por la búsqueda de gratificaciones futuras, los individuos pueden buscar a cualquier precio la repetición del flow, aunque esté precedido y seguido por dos sensaciones no tan satisfactorias: el miedo del folio en blanco, a comenzar y el aburrimiento de la fase de ejecución, que es bastante menos inventiva.

Si alguien no ha experimentado esto que se ha denominado flow o las otras fases inherentes, que, por favor, lo comunique. Tengo la intuición de que todos las hemos vivido y que eso significa que tenemos algo de creatividad en nuestro interior. Como dije al principio, me he convencido un poco más gracias a que ese psicólogo húngaro le haya puesto nombre a tal sensación, gracias al flow.


David Sicilia Moreno

1 comentario:

el gallinero dijo...

Sí, todos fluímos. La creatividad nos es innata, como bien dices David, independientemente de que esté más o menos desarrollada. Pero a más de uno se le ha olvidado la última vez que fluyó. Es que, sencillamente, hay gente que argumentará que no tiene tiempo para esto de fluir. Hay que trabajárselo. ¡Ay! somos creativos, pero también somos cómodos, y en algunos de nosotros la creatividad echa largas siestas.
No hablamos, claro, de la creatividad artística, sino de la que revaloriza la vida cotidiana. La gran mayoría de nosotros nos quedaremos en esta esfera de la creatividad, pero ¿cómo vivir sin esta suerte de inventiva cada día?
El vivir creador es lo que hace que nuestro vivir no sea igual que el vivir del vecino. Es lo que nos ayuda a escapar de ser meros ciudadanos redundantes de la sociedad de masas. Crear como generar nuestro propio vivir, crear como transformar y como agredir. Como dice María, ¿y si no nos limitamos a consumir lo que nos viene dado? ¿Y si nos creamos nuestras propias opciones? ¿Y si un día nos damos cuenta de cuáles son nuestras necesidades reales y de que hay mil maneras diferentes de satisfacerlas? Evidentemente, no es lo que interesa en la sociedad del capitalismo hipertrofiado en la que está todo preparado y dispuesto para que simplemente lo consumamos sin siquiera plantearnos si lo necesitamos o no. Pero si la creatividad nos es innata, ¿no es pura necesidad que despertemos a nuestro vivir creador de su siesta y reaccionemos a la hegemonía consumista que devora nuestra energías creativas? Quizá así perdamos la noción del tiempo con las cosas que hacemos mucho más a menudo. Quizá sintamos tal satisfacción que sonríamos solos ante una televisión apagada. Quizá sin darnos cuenta empecemos a dedicar muchos minutos a esto de fluir en estos días en que se nos vende que cocinarte tu propia comida o coserte tu propia ropa no es más que perder el tiempo. Bien, entonces seamos profesionales de perder el tiempo.
Y no, este año no vamos a llevar cuadros porque tenemos muchas camisas verde hoja de hace un par de años que nos sientan de maravilla y que están como nuevas en el armario.

Marisa Herráez