Y EL GALLO DIJO BASTA


… llegada una mañana en que estaba harto de marcar el inicio de los días de un mundo que se guiaba por la inercia y que se alejaba, cada vez más, de lo que se suponía que tenía que ser un mundo. Los peones con chaqueta y maletín que obedecían las órdenes olvidando que ante todo eran personas, las monedas que tintineaban marcando la dictadura del capital, la extraña idea de que para ser alguien había que estrenar cada temporada un look de moda…Al gallo se le erizó la cresta, miró al corral, contuvo su canto y dijo basta. A partir de ese momento despertó a otro concepto de cultura.

jueves

Archivo, biblioteca y museo digital de la Unión Europea

Después de ser presentado el pasado mes de febrero en Frankfurt, por fin hoy, 20N, ve la luz el que pretende ser el archivo, biblioteca y museo digital de la Unión Europea. http://dev.europeana.eu/ recoge obras digitalizadas de diferentes museos y bibliotecas de los 27 países miembros. De momento, España solo aporta el 1% del material, mientras Francia lo hace en cifras próximas al 50%. La imagen promocional fueron las botas de Van Gogh, pero desde hoy podemos incluso contemplar on-line algunas partituras originales de Mozart. Disfrutemos.

David Sicilia

domingo

ARTISTA: ¿NACE O SE HACE?



Entro en este gallinero por primera vez, un universo de creatividad se expande frente a mí. Inmediatamente, me asalta una duda: ¿puedo yo también ser creativo?, ¿podemos todos ser creativos? Podría convertirme, de la noche a la mañana, en el Picasso de la primera década del siglo XXI. Así sería un verdadero artista, un Creativo, un creativo con mayúsculas.

Sin embargo, considero no reunir las habilidades del malagueño (no sé apenas francés, me llevaría mucho tiempo) y veo más factible la opción de adherirme a la masa mortal y aspirar a resolver con creatividad mis problemas cotidianos. Esta vía teórica me atrajo bastante cuando la conocí, pero parece que no debo descuidar mi creatividad ni el momento de lavarme los dientes para llevarla a la práctica. Y acaba uno agotándose de cambiar cada vez el sentido en el que mover el cepillo. Ese agotamiento debe ser un síntoma manifiesto de que lo estoy consiguiendo.

El obstáculo principal de la creatividad es la pereza y cuando aparece enseguida me planteo: ¿no sería más fácil haber nacido Picasso y ser un Creativo de serie para no ir aplicando mis artes a cada paso que doy?, ¿por qué no tengo yo esa facultad, cómo se llamaba, el “genio”? Oiga, ¿ese “genio” continúa existiendo o el ser artista no tiene ya nada que ver con ello?

En términos teóricos, el concepto de “genio”, que antiguamente significaba semidiós, se relacionó con el de Arte ya en la Crítica del Juicio de Kant (1790). El artista podía entonces ser descrito por los filósofos idealistas, sobre todo a partir de la estética de Schelling, como una especie de intermediario entre lo Absoluto y la realidad, de intérprete visionario de la realidad trascendente; excluido gracias a su particular don, del encorsetamiento de la vida terrenal.

Años antes, Winckelmann fundamentó las bases de la Historia del Arte moderna y de la Crítica de Arte en la resurrección de los ideales de la antigua Grecia y en la revisión del método historiográfico de Vasari. Su investigación confrontaba a las obras con su contexto político y social, lo que suponía un gran avance. No obstante, su ideal de belleza como concepto único, inmutable y eterno permitió a los idealistas enlazar las teorías de Winckelmann con su visión del artista como genio y con la escuela documentalista, basada en la recopilación masiva de datos al más puro estilo del renacentista Vasari en sus célebres “Vidas”.

En este contexto nació la Crítica de arte como disciplina. La instauración de Grecia Clásica, de nuevo, como modelo y el respeto a la Historia del Arte entendida a la maniera de Vasari (modelo de mitificación de ciertos artistas basado en unas biografías con grandes dosis de inventiva y subjetividad) hicieron que esta nueva disciplina fuese la encargada de elaborar el catálogo de genios dignos de ser admirados y reconocidos eternamente. Artistas, los más afortunados, que en su época vivieron a la sombra de un gran mecenas y otros que ni siquiera habían podido vivir de su creación, fueron elevados al Olimpo y allí se mantienen acompañados de su genio.

No es cuestión de menospreciar ninguna de esas figuras ni de continuar rasgándose las vestiduras porque Van Gogh no vendió un cuadro en vida y para colmo perdió una oreja; pero sí de ser conscientes de que aquella Historia del Arte se fundamentó en una especie de casting con el genio dichoso como juez y parte. Fuese válido entonces, o no, aquel sistema, el problema está en que gran parte de la Historia del Arte actual y con ella la crítica, beben en exceso de aquellas fuentes decimonónicas, absolutamente desfasadas hoy.

Veamos cómo el árbol del Arte ha ido perdiendo algunas de sus hojas en el otoño pasado entre los inicios del XIX y del XXI. Sin remedio alguno se marchitaron y cayeron aquellas que hacían referencia al valor propagandístico una vez aparecieron las ramas de la publicidad más extendida y directa a través de televisión o prensa; aquellas del entretenimiento, más ligado a imágenes en movimiento y, sobre todo, al mundo audiovisual; aquellas de carácter documentalista, sea de índole histórico o científico, sustituidas y aplastadas por la fotografía; o las relacionadas con la decoración, hoy asunto del diseño y de la producción en serie y masificada.

Sin duda, una realidad diferente. Ni la sociedad ni el Arte son los de entonces, pero ¿eso quiere decir que aquellos artistas lo son por la elección de una serie de historiadores y críticos? En realidad, siempre ha sido así, aun hoy día queda bastante de esto. Yo considero un error creer en la existencia de un particular don que distinga a los artistas del resto de la humanidad. Que en los inicios de la Historia del Arte moderna se hiciese así supuso obviar muchas figuras, entre ellas la de la mujer artista (solo recordar a Sofonisba Anguissola o Artemisia Gentileschi); que se continúe haciendo hoy supone un lastre y una pérdida de identidad del mundo del Arte como traductor del pensamiento en imágenes o de reflejo del espíritu de una época.

Un artista no nace, o al menos no nace completo, bello e inmutable. Se forma, se va creando. En otra ocasión intentaré reunir las distintas líneas de pensamiento históricas acerca de la formación del artista. Hoy simplemente quería luchar con mi duda y aspirar a encontrar otras opiniones y puntos de vista. ¡Vaya! En este rato no me he convertido en el Picasso del XXI, pero si que he conseguido “crear” unas cuantas líneas traducidas del caos mental que significa una duda. Parece que se está bien en este gallinero. Volveré.


David Sicilia